martes, 19 de junio de 2012

Ecos de la maratón desde Polonia

Aleksandra fue una de las actrices de Teatro encuentro en Varsovia, y nos escribe tanto los diálogos que tuvo con la gente como sus propias reflexiones


La tarde del sábado 26 de mayo fuimos al Parque Łazienki Królewskie y salimos de nuevo con el teatro encuentro a la gente. 

El tiempo ese día era radiante. Soplaba un ligero vientecito, el lugar estaba cubierto de un color verde primavera. El interior del parque estaba lleno de gente descansando individualmente, sentados en unos bancos envueltos de un ambiente íntimo y tranquilo.

Mi primer encuentro fue con tres personas que descansaban en la hierba (tendrían entre 25-30 años, tipo “estudiantes”):

A continuación, sus reacciones al texto dirigido hacia ellos, el monólogo “Palabras”:
-una reacción espontánea al estilo del teatro: les gustó,
-que es algo dirigido a la sociedad, cualquiera puede reflejarse en algún fragmento del monólogo,
-relacionaron el contenido y la transmisión del monólogo con la filosofía de Wittgenstein.
Nuestro debate fue tranquilo y en torno a reflexiones sobre el mensaje del monólogo, pensar sobre las palabras que son importantes: “Ciudad Zapato” [en polaco hemos adaptado esta palabra con un neologismo: “JunglaUrbana”] en referencia a la vida rápida de Varsovia y al anonimato social que se refleja
también en la palabra “NingunoMirar”. Para ellos  era claro e importante también que hay palabras con las que herimos a la gente así como palabras que “nos devuelven las ganas de vivir”.

Mi segundo encuentro tuvo lugar en un banco con un “abuelito”, de unos 65-70 años.

Al terminar el monólogo, las primeras palabras que salieron de la boca del hombre mayor fueron:
-que texto más hermoso.
-luego preguntó que por qué apenas aparecía la  palabra clave “amistad”. Si eso es lo que falta, decía, según él en la sociedad actual....
-elogió el fragmento del texto donde aparece la palabra “TodosHumanos”.
El señor comenzó el debate hablando de cuestiones históricas que han influido de manera significativa en la mentalidad y actitud de los Polacos, entrelazando la palabra “amistad” que es lo que construía las relaciones entre las personas. Y que hoy día es dificil pedirle una sonrisa a un polaco en una situación cotidiana normal .

El hombre mayor mostraba ser de naturaleza tranquila, apacible y optimista. Había viajado por el mundo, vivido desde cerca en sociedades de diferentes culturas y sugería que en otros países la gente sonreía cordialmente a otros al cruzarse la mirada, simplemente, sin ningún tipo de intenciones ocultas por medio.

Mi tercer encuentro fue cerca del monumento de Chopin: en un banquito había una pareja mayor hablando entre ellos.

El encuentro fue un intercambio de información de lo que les quería transmitir y del por qué. En efecto, no tuvo lugar la representación del monólogo. La mujer dió a entender de manera expresiva que estaban cansados.

El cuarto encuentro tuvo lugar de una manera poco usual, encima de una barandilla :). Una mujer estaba sentada encima de ella leyendo un libro en compañía de su gatito.

Después de decirle el texto, ella dijo que:
-era un texto triste
-que tenía más expectativas en cuanto al estilo de teatro español
-lo relacionó con el sistema político del poder estructural que no tiene en cuenta la palabra “TodosHumanos” “desde el primer soplo de vida hasta el último”.

Conversamos sobre las diferentes formas teatrales que existen en los países europeos y en Occidente. Sobre las claras diferencias en la expresión teatral en el estilo italiano, español, ruso, americano, japonés.  A esta señora no le era desconocida la cultura española, conocía bien la vida en España desde dentro.

Su opinión giraba en torno a lo que nuestra profesora nos enseñas en los talleres de teatro, es decir,  la “violencia estructural” donde el respeto hacia el otro y la dignidad mútua se reducen al segundo plano...o bien son expulsadas por otras prioridades que tumban las cosas que no tienen precio y son valiosas.

Mis reflexiones:

Estaba esperando a que llegara ese día, el día en el que realizaríamos la forma de teatro encuentro en el Parque Łazienki.

Tanto el tiempo como el ambiente, la situación y la gente fueron más propicios que nunca puesto que en un ambiente natural la gente descansa y sus pensamientos giran y se vuelven a colocar de una forma nueva. Tienen tiempo para reflexionar sobre su propia vida. Una reflexión y un ambiente 
 llenos de seguridad en los recovecos del color verde y del tiempo primaveral – veraniego de la estación del año. Hay buen tiempo y buenas circunstancias para salir con el monólogo “Palabras”, sentarse en un banco al lado de otra persona y mover en sus corazones y mentes una reflexión tan social. Algo que no es desconocido a nadie, que todos conocen bien pero que no encuentran lugar donde pararse a pensar en ella. Mi objetivo era que el la gente pudiera penetrar en las palabras. Y así fue. Cada uno de los destinatarios se remitía sobre todo al contenido de las palabras y se cada uno se fijó en cosas diferentes. Cada uno de los destinatarios era de otro sexo, edad y había dejado diferentes etapas de la vida atrás. Sin embargo, todos tenían la sensibilidad social propia. Las palabras del monólogo, que ha sido creado para la ocasión de Teatro Encuentro y del texto, que podíamos elegir, refleja en gran parte mi forma de ver social que contiene el sentido de la vida en la comunicación mediante las palabras entre la gente. Con lo cual, era verífico para la gente que lo recibía y fue un aliento del alma... El monólogo “Palabras” –en cuanto al mensaje y a la relación entre la gente– fue una especie de espejo, reflejo de nosotros mismos en los trozos fragmentados de los segundos. Cada encuentro con otro ser humano otorgaba un nuevo valor, un impulso de vida.

Fue para mi una gran placer poder participar de nuevo en una experiencia de conocimiento, de este tipo de mensaje de teatro español que estamos conociendo en Polonia. Agradezco la forma y el contenido de los talleres y los frutos que estamos creando juntas en este trabajo teatral ;)


Mando saludos y “palabras-abrazo”,

 
Aleksandra Szyszko

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